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martes, 29 de enero de 2013
En esta dirección encontrarás el reportaje completo
http://multimedia.laopiniondemurcia.es/fotos/deportes/final-regioal-cross-lorca-2704_1.shtml
miércoles, 23 de enero de 2013
miércoles, 16 de enero de 2013
martes, 15 de enero de 2013
Esa mañana hacía buen tiempo y ya
se vislumbraban los primeros rayos de sol cuando me levanté a las 7, igual que
el resto de mis compañeros. Realmente esto es un supuesto porque dos o tres
llegaron con las sábanas aún pegadas al cuerpo al lugar de encuentro a las 8. Y
una vez hubimos empaquetado todos los proyectos y depositado en la parte
trasera del microbús, junto a nuestro poco equipaje, emprendimos la marcha
hacia Madrid aún agitando las manos despidiendo a los padres que allí
aguardarían nuestro regreso.
Inauguramos
el trayecto haciendo algunas fotos dentro de aquel pequeño autobús y después
los dos grupos que habíamos allí para el concurso nos organizamos para ensayar
las exposiciones. Los nervios se respiraban en el ambiente. Las preguntas
típicas eran ’’¿estáis nerviosos?’’ o ’’¿cómo será el jurado?’’. Luego esto iba
acompañado de sucesivas preguntas entre los propios grupos acerca de la
información que teníamos que exponer, pues solo nos daban 5 minutos para 4 y 5
personas en total. A minuto y pico, o poco menos de un minuto por persona
teniendo en cuenta el volumen de nuestros trabajos era un poco agobiante. Aún
así estábamos ansiosos de llegar allí y hacerlo todo lo mejor posible.
Lentamente
las energías del desayuno se esfumaron y a una hora de parar en la primera
estación de servicio ya se veían los primeros cojines sobre los asientos y a
algunos en plan autista con sus cascos e iPods.
Hicimos
las paradas correspondientes antes de llegar a Alcobendas, y una vez llegamos
allí sabíamos que íbamos contrarreloj; una vez llegáramos seríamos de los
primeros a los que evaluaría el jurado, y aún sin bajarnos del autobús ya
empezaban a florecer los primeros síntomas del nerviosismo. Paramos en el hotel
para dejar las maletas y pusimos rumbo al Cosmo Caixa. Nada más parar salimos
disparados a la pequeña carpa en la que nos instalaríamos este día y el
próximo. Lo primero que pensé al entrar fue que allí se respiraba a
inteligencia y a sepor, porque olía exactamente igual que la feria porcina que
organizan en Lorca cada año. Dicho esto, después nos apresuramos a montar
nuestros correspondientes puestos y los adornamos de forma llamativa con un
pilar rodeado de fotos, el rice test, posters de cada trabajo, el sismógrafo,
los folletos informativos y las maquetas del edificio sismorresistente y de la
bóveda catalana. Pusimos también un cañón conectado a un portátil que mostraba
los power points de los trabajos. Y una vez todo listo, primero le tocó a mi
grupo, el del Edificio Sismorresistente, exponer delante del jurado. Recuerdo
cómo uno a uno en mi grupo hablábamos con las manos temblando, rígidos y con la
voz quebrada en algunas ocasiones. Solo teníamos que exponer un minuto y unos
segundos más cada uno, pero aunque estuvimos muy poco tiempo delante de todas aquellas
personalidades realmente pareció una eternidad. Una vez hubo acabado la
exposición la primera sensación que tuvimos todos fue la de quitarnos una losa
enorme de encima, y después la de sentirnos alegres y satisfechos por haber
defendido bien nuestro trabajo. Lo más llamativo del trabajo de mi grupo era el
rice test, al que añadimos como peculiaridad montones de arroz con forma de
corazón. El otro grupo, el de Bóveda Catalana, hizo también una muy buena
exposición apoyándose en nuestro instituto como ejemplo y también utilizando un
sismógrafo a modo de explicación gráfica, pues lo hacían funcionar y explicaban
la medición de las ondas sismográficas. Ellos se sintieron durante y tras la
exposición igual que nosotros.
Una
vez pasó el jurado, nos fuimos turnando para ver qué otros trabajos había
llevado la gente que estaba allí. Mientras dos o tres se quedaban en el stand,
los demás se iban a escuchar las exposiciones de otros proyectos. Mientras nos
quedábamos en el stand mucha gente se acercó a ver y escuchar nuestros
respectivos trabajos, pero además para interesarse por la situación de Lorca
tras el terremoto del 11 de mayo de 2011 y también para escuchar lo que había
acontecido dos semanas antes; las inundaciones por la gota fría. Fue muy
llamativo el hecho de que conforme más y más exponíamos nuestros trabajos a las
personas desconocidas que se interesaban, con más fluidez y naturalidad nos
expresábamos, y creo que esto es el verdadero premio que nos llevamos todos de
aquella feria de ciencias. También llamábamos mucho la atención porque íbamos
vestidos con unas camisetas que por la cara delantera llevaban la huella de una
mano en la que en el centro salía el logo de Lorca, y en la cara trasera
aparecía una lista con los desastres naturales que hemos experimentado los
lorquinos y los que podríamos experimentar si nuestra suerte sigue este camino.
Ante todo las camisetas pretendían mostrar, lejos de una broma, un enfoque
optimista a nuestra situación desde el terremoto. Tampoco estábamos del todo a
salvo, pues otros miembros del jurado por libre se acercaban a evaluar nuestros
trabajos, aunque los nervios ya apenas aparecían.
Estuvimos
dos días exponiendo a los que se acercaban a preguntar hasta que nos enteramos de
que el grupo de Bóveda Catalana había sido seleccionado para exponer de nuevo
dentro del Cosmo Caixa. Repitieron sus explicaciones porque el jurado principal
los había seleccionado para una semifinal. Al día siguiente fue cuando
asistimos a la ceremonia de entrega de premios y ellos fueron quienes se
llevaron uno de ellos: una mención de honor por su trabajo. También el resto
recibimos diplomas por haber sido seleccionados para la final de Ciencia en
Acción a nivel nacional.
Cabe
mencionar que el segundo día, en el Cosmo Caixa, probamos una simulación de
vuelo ofrecida por las Fuerzas Aéreas, cuyo máximo representante nos había
hablado de la importancia del desarrollo de las ciencias el día anterior en la
Ceremonia de Bienvenida. A mí me recordó mucho a esa atracción de simulación
virtual que ponían en la feria de septiembre en Lorca y que frecuentaba mucho
cuando era más pequeña. También nos dimos un pequeño paseo por las exposiciones
que ofrecía el Cosmo Caixa en su interior.
Eso
fue todo lo referente a la feria científica, pero no solo hicimos eso, sino que
la segunda noche hicimos una pequeña excursión al centro de Madrid para
disfrutar de la capital ya que estábamos tan cerca de ella.
Decir
también que ambas noches apenas durmió ninguno de los miembros de ambos grupos,
porque nos reuníamos en las habitaciones del hotel a comentar el día y a
charlar. De esas dos noches salieron muchas anécdotas de las que hoy día
seguimos hablando.
En
definitiva creo que fue un viaje corto pero muy intenso, en el que nos
enriquecimos a nivel personal al aprender a desenvolvernos en las exposiciones
orales, y también obtuvimos una mayor cohesión grupal entre los que asistimos,
amigos y compañeros de clase, y las dos profesoras que vinieron con nosotros,
que en todo momento nos apoyaron y asesoraron para hacer de nuestros simples
trabajos de clase un proyecto digno de exposición en una feria científica.
Paloma López.
05/01/2013
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